Un grupo de 30 alumnos han participado durante un año en el curso formativo-laboral 'Oficios en la casa del vino', orientado a la vinicultura y promovido por la Casa de Oficios junto al Consejo Regulador de las Denominaciones de Orígenes Málaga en un programa de Formación para el Empleo. El módulo ha permitido que un 41% del alumnado se incorpore al mercado laboral en el sector vinícola y esperan que a final de año esta cifra sea del 55%, según ha informado el director de la Casa de Oficios, Manuel Velasco Carretero.
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Los jóvenes, de entre 18 y 24 años, que han participado en este taller pertenecen a colectivos desfavorecidos, "en situaciones muy sensibles y de gran dificultad en algunos casos" ha explicado Velasco por lo que no sólo han recibido la formación específica orientada al sector vinícola sino que también han podido completar sus estudios de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) u obtener el acceso a Grado medio o superior.
"Un 60% de los estudiantes ha obtenido el aprobado de la ESO y un 48% pasaron los exámenes de prueba para poder matricularse en algún módulo de grado medio o superior", ha indicado el responsable de los cursos.
Para Velasco el balance final es muy positivo "porque hemos conseguido uno de los objetivos principales que era que los alumnos concluyesen el curso con la ESO aprobada y un 86% ha obtenido algún aprobado en materia de ESO o acceso a Grado medio o superior".
El taller, que comenzó en noviembre de 2010, se ha desarrollado en tres módulos integrado por diez alumnos cada uno. Animador de rutas turísticas del vino, promotor, comercializador y catador de productos con denominación de origen y ayudante en operaciones de catering en eventos, cartas y servicios del vino, logística y atención al cliente son las especialidades en las que durante doce meses han trabajado estos jóvenes.
Una de las alumnas, Tamara Rodríguez, que tras finalizar el curso ha sido contratada por el Museo del vino de Málaga, ha comentado entusiasta que "lo hemos pasado bien en cada una de las actividades que hemos hecho pero siempre trabajando duro". Además, ha explicado que han conocido todas las tareas que giran en torno al mundo del vino "hemos aprendido a catar, a servir y hasta hemos ido a vendimiar".
Los seis primeros meses han sido de formación, mientras que los seis restantes, los treinta alumnos han podido poner en prácticas sus conocimientos alternando las clases con trabajo en el Consejo Regulador y entidades vinculadas al mismo.
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