El vino es producto de la transformación de la uva, fruto de la cepa. En el caso de los vinos tintos, la uva tinta, aporta al caldo el color a través de su piel, el aroma personal y el sabor que lo diferencia.

El proceso es claro, una vez se obtiene el jugo fresco de las uvas (mosto), se deja con el hollejo que le aportara el color a través de la fermentación hasta que el proceso produzca el tono deseado.

Dependiendo del tiempo que dure este proceso se obtendrá un tipo u otro de vino aportándole finalmente lo que seria su "ficha técnica", con unas características muy personales que lo clasificaran según su uva, su aroma, su sabor, su maduración (Joven, Crianza, Reserva, Gran Reserva).

Joven: Es aquel vino destinado a consumirse dentro de su año natural de vida que comienza desde su fecha de salida al mercado. No pasa por barrica, no tiene crianza y posee una muy marcada personalidad debido a que al no pasar por barrica, mantiene muy vivos sus aromas primarios.

Vino Roble: Es aquel vino que esta entre el joven y el crianza y que por lo tanto mantiene las características y propiedades de los vinos jovenes junto al aporte que le da la madera fruto de su breve estancia en barrica.

Crianza: Se trata de un vino que necesita dos años de crianza, estando como minimo 6 meses mantenido en madera.

Reserva: Este vino requiere de tres años de crianza y como minimo uno de ellos tiene que estar en madera.

Gran Reserva: Se trata del vino que necesita cinco años de crianza y como minimo dos mantenido en madera.